(no subject)
May. 8th, 2008 01:54 amI was going to talk about going to Cinco de Mayo on Saturday. It was an extra credit thing for Spanish, to go and then write up a page on it. But while writing up the thing for class, I ended up turning it into vaguely an LJ entry of its own (as it was just a "where'd you go, what'd you do?" kind of report) and going significantly past the 1 page (double spaced) requirement because there were certain things I wanted to get in there, so it's getting posted by itself. Except you'll have to run it through Google Translator, LOL, I've already spent too much time to Englishify it. It won't be pretty, as I didn't realize that it had been due yesterday and thus it's in fairly simple structure as I had to get it out quickly during the day, and some bits that I know are right don't translate well when run through the online things (and some that are prolly wrong, too), but hey. I've been LJ-update fail lately even though I've got a bunch of things written out already/that I know I want to talk about, so to at least have something:
En sábado, el 3 de mayo, mi familia fue a la celebración de Cinco de Mayo en la calle de Cherokee. No supe que hay una comunidad hispánica distinta en nuestra ciudad, pero era obvio que el lugar fue elegido para su proximidad a muchas tiendas y edificios hispánicos. En la sección donde las diversiones principales estaban, había muchas tiendas, pero también una oficina de abogacía. La abogacía era notable porque funciona específicamente para los hispanos y trabaja con todos aspectos de la ley; de problemas que todo el mundo los tiene como divorcio o (desafortunadamente) actos criminales hasta asuntos más comunes para la comunidad hispánica o inmigrante como deportación y el proceso de obtener visas. Un poco mas lejos de la calle en la fila de inmuebles, un templo budista apareció muy extraña entre los edificios empapelados con anuncios en español.
Muchos de las tiendas de Cherokee tenían pequeñas casetas fuera de su edificio para la celebración. La mayoría de estos eran para los estómagos de los celebrantes, como El Chico panadería y otros restaurantes con comida variando desde tacos, tamales, y enchiladas hasta dulces como churros y empanadas. Pero también, había representación de una ropería atlética—específicamente el fútbol--y una caseta fuera de una tienda de videos. Las otras casetas eran de la clase típica para cualquier festival en la ciudad—para el periódico, unas con regalos baratos, etcétera. La música en los dos escenarios cuando yo asistí la festival no era notable; los músicos en el escenario principal tocaban bien, pero la música no nos apareció particularmente mexicano, y los que tocaban en el secundario nos sonó horrible.
Para la mayoría del tiempo, entramos varias tiendas hispánicas. Anticipé que las tiendas que se llamaba “carnecerías” tendrían carne solamente, o posiblemente carne y un poco de comidas relatadas—y la variedad de la selección de carne disponible en las muchas carnecerías era sorprendentemente grande—pero los dos que nosotros visitamos tenían otras cosas muy variadas. El primer tenía un cuarto con la carnecería actual que era casi secundario al más gran cuarto de entrada que se apareció una tienda de conveniencia. El segundo—mucho más grande—que se anunció de carnecería, El Capral, pareció desde fuera como cuatro tiendas en uno. La tienda ocupó una esquina, y tenía cuatro puertas a lo largo del edificio debajo de cuatro señales diferentes; una de “carnecería”, una para un supermercado general, una para una cafetería, y una para una gran colección de cosas para vaqueros. El último me sorprendió, pero la tienda—los partes de que eran conectados por dentro sin puertas interiores—tenia un colección amplio de botas y otras cosas de cuero.
En sábado, el 3 de mayo, mi familia fue a la celebración de Cinco de Mayo en la calle de Cherokee. No supe que hay una comunidad hispánica distinta en nuestra ciudad, pero era obvio que el lugar fue elegido para su proximidad a muchas tiendas y edificios hispánicos. En la sección donde las diversiones principales estaban, había muchas tiendas, pero también una oficina de abogacía. La abogacía era notable porque funciona específicamente para los hispanos y trabaja con todos aspectos de la ley; de problemas que todo el mundo los tiene como divorcio o (desafortunadamente) actos criminales hasta asuntos más comunes para la comunidad hispánica o inmigrante como deportación y el proceso de obtener visas. Un poco mas lejos de la calle en la fila de inmuebles, un templo budista apareció muy extraña entre los edificios empapelados con anuncios en español.
Muchos de las tiendas de Cherokee tenían pequeñas casetas fuera de su edificio para la celebración. La mayoría de estos eran para los estómagos de los celebrantes, como El Chico panadería y otros restaurantes con comida variando desde tacos, tamales, y enchiladas hasta dulces como churros y empanadas. Pero también, había representación de una ropería atlética—específicamente el fútbol--y una caseta fuera de una tienda de videos. Las otras casetas eran de la clase típica para cualquier festival en la ciudad—para el periódico, unas con regalos baratos, etcétera. La música en los dos escenarios cuando yo asistí la festival no era notable; los músicos en el escenario principal tocaban bien, pero la música no nos apareció particularmente mexicano, y los que tocaban en el secundario nos sonó horrible.
Para la mayoría del tiempo, entramos varias tiendas hispánicas. Anticipé que las tiendas que se llamaba “carnecerías” tendrían carne solamente, o posiblemente carne y un poco de comidas relatadas—y la variedad de la selección de carne disponible en las muchas carnecerías era sorprendentemente grande—pero los dos que nosotros visitamos tenían otras cosas muy variadas. El primer tenía un cuarto con la carnecería actual que era casi secundario al más gran cuarto de entrada que se apareció una tienda de conveniencia. El segundo—mucho más grande—que se anunció de carnecería, El Capral, pareció desde fuera como cuatro tiendas en uno. La tienda ocupó una esquina, y tenía cuatro puertas a lo largo del edificio debajo de cuatro señales diferentes; una de “carnecería”, una para un supermercado general, una para una cafetería, y una para una gran colección de cosas para vaqueros. El último me sorprendió, pero la tienda—los partes de que eran conectados por dentro sin puertas interiores—tenia un colección amplio de botas y otras cosas de cuero.